martes, 31 de diciembre de 2013

DESBARAJUSTE ELÉCTRICO


Si hay un sector económico que está de moda en España estos días es sin duda el eléctrico. Como ya sabréis, el recibo de la luz hubiera subido un 11% en enero si el gobierno no hubiera anulado la última subasta eléctrica. Aún peor, si este aumento programado para enero se hubiera llevado a efecto, la factura se habría incrementado más de un 70% solo en los últimos cinco años.

Obviamente, algo no funciona en el sistema de fijación de precios de la electricidad. Abordar en un solo artículo todos los entresijos del mercado eléctrico español me parece excesivo (creedme, haría falta un libro para ello), pero sí que me parece interesante detenerse en algunos de sus aspectos más llamativos.

Hace meses, ya publiqué un artículo en el que analizaba los distintos conceptos que figuran en la factura de la luz. De ellos, el más importante es el consumo de energía, que se calcula multiplicando los kilowatios consumidos por su precio unitario. Para las familias, este precio unitario recibe el nombre de Tarifa de Último Recurso (TUR).

Pues sí, en el blog ya hablamos de la factura de la luz, ¿lo recuerdas?
Como ya vimos en ese artículo, aproximadamente la mitad de la TUR está compuesta por los denominados peajes de acceso, fijados por el gobierno. Estos peajes son cantidades destinadas a distintos fines: pagos destinados al cubrir el déficit de tarifa, primas a las energías renovables, subvenciones al carbón, etc.

La otra mitad de la TUR es la que se fija en las subastas eléctricas. Hay dos tipos de subastas: las subastas diarias, cuyo mercado se denomina "pool", y la subasta trimestral. Esta última, denominada Cesur, es la que se utiliza para fijar el precio del kilowatio de energía. Al margen de que la factura de la luz incorpore muchos elementos discrecionales fijados por el gobierno, como los impuestos y los peajes de acceso, son las subastas las que han levantado las mayores suspicacias. En esta entrada vamos a centrarnos en dos de los aspectos más llamativos a mi juicio de estas subastas: el precio único de la electricidad y la actuación de los especuladores financieros, para acabar con una reflexión sobre la ineficiencia e inadecuación del mercado.


MORTADELA A PRECIO DE JAMÓN IBÉRICO

Una de las mayores particularidades de la electricidad es que se trata de un mismo bien que es producido de mútiples formas. La electricidad se genera en las centrales eléctricas, pasa a la red de alta tensión, de ahí salta a las redes de media y baja tensión y finalmente llega a los hogares. Esta luz que llega a los hogares es esencialmente la misma, se utilice para encender la tele o para poner una lavadora, pero las clases de centrales que pueden generarla es variadísima: hay kilowatios que proceden del viento, otros que proceden de presas construidas hace más de cincuenta años y otros que proceden de centrales que funcionan con gas cuyo precio depende de múltiples factores y avatares internacionales.

Lógicamente, con procesos productivos tan diferentes, todas estas centrales presentan estructuras de costes muy dispares. Si se ordenan de forma creciente según sus costes variables, la electricidad consumida en 2013 en España se generó a través de energías renovables (hidroeléctricas, eólicas y solares, que generaron un 42'4% de la electricidad consumida), centrales nucleares (21%), centrales de carbón (14,6%), ciclos combinados de gas natural (9'6%) y centrales de gas y de gasoil (12'4%). Esta disparidad también se da en los costes fijos: mientras los ciclos combinados tienen unos costes fijos reducidos, las centrales nucleares, eólicas e hidroeléctricas los tienen muy elevados, puesto que exigieron la puesta en marcha de elevadas inversiones. Por otra parte, la utilización del viento, el sol y el agua depende de la climatología, mientras que el precio del gas está sujeto a múltiples factores, como ya hemos señalado.

En las distintas subastas, las empresas generadoras de electricidad van ofertando cada mañana la energía que producirán a lo largo del día a un precio fijado en función de su coste variable. Primero se vende la electricidad con un coste variable más bajo (renovables, hidroeléctricas y nucleares) y, cuando estas se acaban, se vende la que tiene un coste variable más alto (la que procede del carbón y el gas). Para que a todos los actores les interese participar se les abona el último precio, el de la producción más cara. Por tanto, al final toda la electricidad se paga al mismo precio que si se produjera en las costosísimas centrales de gas y carbón.

Estas subastas se realizan diariamente, pero como hemos mencionado, la subasta que marca el precio de la tarifa eléctrica es la Cesur que se celebra cada tres meses. Las organizaciones de consumidores denuncian que los precios se elevan artificialmente los días previos a la Cesur para conseguir una tarifa más alta. Por ejemplo, la subasta del jueves 23 de diciembre que fue anulada por el gobierno arrojó unos precios tan altos por la parada técnica de tres centrales nucleares (Vandellós, Trillo y Almaraz) y por la escasa producción de las centrales eólicas e hidroeléctricas, lo que hizo que entrasen en juego el carbón y el gas. ¿Casualidad? Para las organizaciones de consumidores, no.
Debido a la caída de la demanda de electricidad a causa de la crisis y debido al empuje de las energías renovables, la generación de electricidad a partir del carbón y las centrales de ciclo combinado ha sido menor estos años. Eso ha provocado que los propietarios de estas centrales hayan reducido sus contratos de compra de gas natural, de modo que para producciones más elevadas de lo normal tienen que abastecerse de gas por encima de lo que marcan sus contratos base, lo que encarece aún más su precio.
¿Tiene algún sentido económico que toda la electricidad se pague al mismo precio, se genere como se genere? A mi juicio no. En principio, la justificación que se daba al precio único es que las centrales con menores costes variables tenían mayores costes fijos, por lo que los mayores márgenes les permitirían amortizar estos costes. Sin embargo, la mayor parte de estas centrales llevan décadas construidas, tiempo más que suficiente para que se hayan amortizado esas inversiones. Además, no nos olvidemos de dos hechos cruciales:

  • Cuando esas centrales se construyeron, eran de titularidad pública. Es decir, se levantaron con el dinero de todos, pagado con nuestros impuestos.
  • Cuando las empresas propietarias de esas centrales se privatizaron, recibieron (y siguen recibiendo) cuantiosos fondos públicos para ayudarlas a ser rentables: nos referimos a los denominados Costes de Transición a la Competencia, a los fondos que reciben las centrales nucleares por estar disponibles, a las ayudas al carbón nacional, etc.
Habiendo sido construidas con el dinero de todos los españoles, y habiendo recibido fondos pagados por todos los españoles, que además se engorde la factura de la luz para que el consumidor español pague la amortización de esas centrales no parece muy presentable, ¿verdad?




domingo, 24 de noviembre de 2013

PREMIO NOBEL DE ECONOMÍA, EL PREMIO QUE NUNCA EXISTIÓ


¿Sabías que, en realidad, los premios Nobel de Economía no existen?

En efecto, el premio Nobel de Economía es un galardón que otorga el Banco de Suecia "en memoria" de Alfred Nobel, y su auténtica denominación es Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel. Este premio se otorga desde 1969 y fue creado por el Banco de Suecia, el banco central más antiguo del mundo, para conmemorar el tercer centenario de su fundación.

Buscando una mayor notoriedad (porque no nos engañemos, un banco central dando un premio a un economista no parece una noticia especialmente relevante), el banco central sueco se las arregló para que el premio fuese entregado por la Academia Sueca en la misma ceremonia en la que se entregan los premios Nobel (los de verdad).

A partir de ese momento, poco importa que el premio de Economía no figurase en el testamento de Alfred Nobel o que no esté financiado por la Fundación Nobel (aunque el Banco de Suecia lo dotó con la misma cuantía que los demás premios e incluyó la prohibición de otorgarlo a más de tres personas para asimilarlo a los verdaderos galardones). En el imaginario colectivo ha quedado impresa la idea de que se trata de un auténtico premio Nobel, y los galardonados gozan del prestigio y la notoriedad que otorga ser distinguido por la Academia Sueca.

Y sin embargo, una de las principales críticas que recibe el "premio Nobel" de Economía es que tiene un claro sesgo ideológico. En concreto, se le acusa de premiar sobre todo a economistas de ideología liberal, con una especial preferencia por la Escuela de Chicago de Milton Friedman, que concentra diez premios. Así, pese a la excepción que suponen los premios concedidos a neokeynesianos como Joseph Stiglitz (2001) o Paul Krugman (2008), entre los galardonados podemos encontrar figuras como la de Friedich Hayek (1974), principal representante de la muy liberal escuela austríaca, al propio Milton Friedman (1976), fundador de la Escuela de Chicago y del monetarismo, Robert Lucas (1995), que en aplicación de su Teoría de las Expectativas Racionales afirmaba que las políticas públicas de regulación de la demanda son inútiles, Myron Scholes y Robert Merton (1997), que diseñaron un sistema para invertir sin riesgo en los mercados financieros y arruinaron a un fondo de alto riesgo (hedge fund) al aplicar dicho sistema, Fynn E. Kydland y Edward Prescott (2004), por "demostrar" que los bancos centrales deben ser independientes de las presiones de los gobernantes (sean o no elegidos democráticamente), etc.


Muchos premios Nobel se han visto envueltos en la polémica.
La entrega del premio a Milton Friedman se vio interrumpida por un activista que denunciaba su relación con Augusto Pinochet.


viernes, 22 de noviembre de 2013

NUFF SAID!!

Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 2001, presidente del Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton (1995-1997) y vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial (1997-2000).

domingo, 17 de noviembre de 2013

ECONOMÍA REAL Y FINANCIERA o EL PUNTO Y LA I


Documentándome para un artículo que estoy escribiendo sobre neoliberalismo y desigualdad (algún día en sus pantallas) encontré información muy interesante sobre el sector financiero internacional. Una de las críticas más recurrentes que se le hace al sistema financiero es que está sobredimensionado con respecto a la economía real. Por tanto, resulta muy interesante comparar el tamaño de ambos para poder opinar al respecto, así que dedicaré esta entrada a ofreceros esos datos, sin perjuicio de que vuelva a citarlos en ese futuro artículo que he mencionado.

Antes de nada, debo aclarar que los datos proceden de un estudio del Banco Mundial sobre el tamaño y composición del sector financiero mundial en 2011. Como el Banco Mundial no es una entidad sospechosa de estar a las órdenes de grupos antisistema ni de tener simpatías socialistas, me atrevería a afirmar que si los datos pecan de algo es de quedarse cortos. Pero vayamos a ellos sin más preámbulos.

Como queremos comparar el sistema financiero mundial con la economía "real", debemos ofrecer una medida de la misma. Para ello, utilizaremos el Producto Interior Bruto (PIB), del que ya hablamos ampliamente en otra entrada. En concreto, el PIB mundial de 2011 ascendió a 70 billones de dólares; es decir, la suma de todos los bienes y servicios que se produjeron en todo el mundo a lo largo de 2011 fue de 70 billones de dólares.
Una aclaración: estamos utilizando la acepción europea del billón (un uno y doce ceros, vaya). Esto es, cuando mencionamos un billón nos estamos refiriendo a lo que en Estados Unidos denominan un trillón.
Según las estimaciones del Banco Mundial, el sector financiero global alcanzó un tamaño de 255'9 billones de dólares en 2011. Es decir, unas 3'7 veces el PIB mundial. Desglosemos esta cifra:

  • Un 18% de esa cantidad (46 billones de dólares) correspondía al valor de las acciones en circulación. De estas acciones, un 33% era de empresas estadounidenses, un 18% de empresas de la Unión Europea y un 21% de empresas de países emergentes.
  • El 39% del sector financiero mundial (unos 99 billones de dólares) corresponde al mercado de bonos. Casi la mitad de los bonos en circulación, un 45%, eran de deuda soberana (es decir, deuda pública de distintos países).
  • Por último, el 43% del sector financiero global (unos 110 billones de dólares) corresponde a activos bancarios (préstamos, efectivo en manos de los bancos, etc.).
Véamoslo gráficamente para hacernos una idea más clara de lo que suponen estas cantidades:


Creo que con estos datos (y con la gráfica más aún) os podéis hacer una idea bastante clara de lo enorme que es el sector financiero comparado con la economía real. Y sin embargo, se quedan muy cortos, pues dejan de lado dos aspectos fundamentales de la economía financiera de nuestros días: los derivados financieros y las operaciones extrabursátiles.

miércoles, 30 de octubre de 2013

sábado, 26 de octubre de 2013

¡ENTRA EN EL MARAVILLOSO MUNDO DE CALVIN Y HOBBES!

Si hace un par de entradas hablábamos de un maravilloso cómic, Astérix el galo, vamos a dedicar este post a otra estupenda historieta, Calvin y Hobbes.

Para quien no lo conozca, Calvin y Hobbes es un cómic escrito y dibujado por Bill Watterson que se publicó entre 1985 y 1995 y que nos narra las peripecias de Calvin, un travieso e imaginativo niño de 6 años, y su tigre de peluche Hobbes.




Cuando hablamos de un medio como el cómic, el formato de publicación es fundamental. En concreto, Calvin y Hobbes se publicaba como tira de prensa. Como muchos sabréis, las tiras de prensa consisten en una serie de cuatro o cinco viñetas alineadas horizontalmente. Mientras que algunos autores realizan historias largas continuándolas de una tira a otra (lo que requiere una gran habilidad narrativa, dado lo constreñido del formato), otros optan por realizar tiras independientes en las que se relata una situación concreta (normalmente cómica). En el caso de Calvin y Hobbes, el autor cabalga entre una opción u otra, pues suele realizar tiras independientes pero con bastante frecuencia las encadena en una historia algo más larga (que puede oscilar entre las cinco y las quince tiras, por poner un ejemplo).

Lógicamente, este formato de publicación es mucho más limitado que el del álbum de 48 páginas a color y gran tamaño, que es el más utilizado por los cómics europeos como Astérix. Por tanto, no encontraréis en Calvin y Hobbes argumentos tan complejos y con tantos giros como el que revisamos para Obelix y Compañía. Aun así, cuando un autor es lo suficientemente agudo (y Watterson lo es), la tira cómica se convierte en un magnífico instrumento para transmitir reflexiones sobre cultura, política, cuestiones sociales, religión y, cómo no, la economía.

En efecto, como hicieran antes que él autores como Walt Kelly, Charles Schultz o Quino, Bill Watterson ha utilizado Calvin y Hobbes para volcar sus reflexiones sobre los aspectos más variopintos, convirtiendo la serie en una de las grandes obras de referencia en el cómic de finales del siglo XX. Además, cabe destacar la honestidad y coherencia del autor, que siempre se ha negado a permitir la utilización de sus personajes para la publicación de merchandising de todo tipo (camisetas, llaveros, juguetes e incluso series de animación), algo que sin duda le habría reportado millones de dólares.

Debido a la agudeza del autor, y por supuesto a su calidad, me ha parecido oportuno dedicar esta entrada a ofreceros una pequeña selección de tiras en las que, aunque sea de forma tangencial, se tratan aspectos relacionados con la economía.

Si ya conocíais la serie, seguro que disfrutaréis con ellas. Si no conocíais a Calvin, ¿a qué estáis esperando?
























viernes, 11 de octubre de 2013

DE UNIONES MONETARIAS... Y EUROZONAS

Muchos años han pasado ya desde que estalló la actual crisis económicas, años en los que se han sucedido reuniones y se han emitido dictámenes por parte de los distintos organismos internacionales como el FMI, la Comisión Europea o el Banco Central Europeo o los distintos gobiernos nacionales... ¿y cuáles son las enseñanzas y conclusiones que estos gobiernos e instituciones han sacado de la crisis y la situación catastrófica en la que ha sumido a la eurozona?

Por mucho que busquemos en los acuerdos y tratados aprobados desde entonces no encontraremos ni una palabra sobre tres décadas ininterrumpidas de desregulación financiera...

Tampoco encontraremos nada sobre las medidas fiscales que han favorecido a las grandes fortunas (reducción en los tipos máximos del impuesto sobre la renta, eliminación de los impuestos de patrimonio y sucesiones, rebajas en el impuesto de sociedades, trato más favorable a las rentas del capital que a las del trabajo, etc.), medidas que han conducido a un déficit de ingresos que ha vaciado las arcas públicas de los distintos gobiernos.

Nada encontraremos sobre el espectacular aumento de las desigualdades sociales, de la precariedad y de la inestabilidad que ha acompañado a estos años de desregulación e incentivos fiscales a los ricos.

Nada sobre el sinsentido de que el BCE, que tiene prohibido prestar dinero a los países de la eurozona, preste sumas millonarias a los bancos a un 1% de interés para que estos puedan prestarlo a los países (si es que les da la gana, porque nada les obliga a ello) a intereses del 3%, el 5%, el 6% o el 10%.

Nada.

Los únicos desafíos dignos de interés para las autoridades europeas son el déficit público excesivo y la deuda pública inasumible.


La causa de la crisis según Bruselas y Berlín.
Pero los problemas en la Unión van mucho más allá de las reacciones a la crisis, y se remontan al mismísimo diseño de la eurozona... ¿y qué es lo que define un área monetaria óptima? En 1957, el profesor Tibor Scitovsky escribió que los requisitos previos imprescindibles para adoptar una moneda única son un mercado común de capitales y una política común de empleo. De forma más pormenorizada, el premio Nobel de Economía Robert Mundell fijó en 1961 los cuatro criterios que definen un área monetaria óptima:
  • Ha de haber libertad de movimiento de capitales, para que los flujos financieros puedan acudir sin trabas allá donde haya mejores oportunidades de inversión.
  • Ha de haber una perfecta movilidad de trabajadores, para que estos puedan desplazarse sin restricciones de los sitios donde haya desempleo a los lugares donde haya necesidades de mano de obra.
  • Ha de haber un presupuesto público central que permita redistribuir la renta en el interior de la zona monetaria y apoyar a los territorios que se encuentren en dificultades.
  • Ha de existir la suficiente similitud entre la estructura económica de los distintos territorios como para poder aplicar una única política monetaria sin provocar grandes distorsiones en el interior del área monetaria.
La mayor preocupación tanto de Mundell como de Scitovsky al formular sus requisitos era la existencia de perturbaciones asimétricas. Hablamos de choques o perturbaciones asimétricas cuando una misma circunstancia (por ejemplo, la actual crisis internacional o una medida concreta de política económica) afecta a unas partes del área monetaria mucho más que a otras.

Parece bastante claro que en la Unión Europea no se cumplían los requisitos fijados por ambos autores, y parece bastante claro también que cuando se debatían las caracterísiticas de la futura unión monetaria ya existía un corpus teórico lo suficientemente amplio como para saber que no puede darse una unión monetaria entre economías tan dispares como la griega, la irlandesa o la alemana sin tomas las medidas adecuadas para hacerla funcionar.


domingo, 22 de septiembre de 2013

ASTERIX Y OBELIX CONTRA LAS LEYES DEL MERCADO

Todos hemos leído críticas a nuestro sistema económico, a la voracidad de los mercados, a la especulación, pero seguro que ninguna de ellas es tan divertida (y pocas son tan ácidas) como la que se incluyó en un cómic supuestamente juvenil publicado en 1976: Obelix y compañía, el vigésimo tercer álbum de las aventuras de Asterix el Galo.

Vamos a desmenuzar en esta entrada el argumento de esta auténtica obra maestra, para haceros partícipes de su genialidad (y compartir la crítica que el autor hace del sistema). Ojo, vamos a destripar el guión del tebeo por completo, pero es tan bueno y tan divertido que aun así su lectura sigue siendo obligada... ¡No os lo perdáis!



Como ya sabréis, la serie de Asterix el Galo nos narra las aventuras de dos inseparables amigos, Asterix y Obelix, en la Galia ocupada por la Roma de Julio César a mediados del siglo I antes de Cristo. Ambos viven en una pequeña aldea que resiste al invasor gracias a una poción mágica de su druida Panoramix que los hace invencibles. En este tomo se nos narra uno de los intentos de Julio César de derrotar a los galos. En este caso, aconsejado por un joven graduado de la escuela imperial de administración, Cayo Coyuntural, el plan de César consiste en convertir a los galos en decadentes, ¿y cómo piensa conseguirlo? gracias al "afán de lucro". Es decir, donde la fuerza falla, triunfará el dinero.

En verdad, el plan de Cayo Coyuntural es maquiavélico: introduciendo el dinero en un plácido sistema económico basado en el trueque y utilizando las fluctuaciones del mercado como un medio para generar riqueza, espera convertir a los irreductibles galos en esclavos del sistema, artesanos, cazadores, campesinos, sastres, etc. Gente atrapada en una rueda de la que no puede escapar si quiere ganarse la vida (a fin de cuentas, ¿cuántos de nosotros no lo hubiéramos mandado todo a freír espárragos si no necesitásemos trabajar para ganar un sueldo con el que mantenernos?). Cayo Coyuntural, por supuesto, es el auténtico villano de la historia: un arribista recién salido de una escuela de negocios que pone en marcha un diabólico plan con el que de paso enriquecerse. Tantos años después este detalle puede pasar desapercibido, pero Cayo Coyuntural es en realidad una parodia del mismísimo Jacques Chirac, por aquel entonces (recordemos, año 1976) el joven primer ministro francés, pero que después continuaría su carrera política como alcalde de París (1977-1995) y Presidente de la República Francesa (1995-2007).


Cayo Coyuntural y Jacques Chirac, dos licenciados de la Escuela de Administración con grandes ambiciones políticas.

Veamos a continuación cómo se desarrolla el plan de Cayo Coyuntural. Para poner de manifiesto la enorme riqueza de conceptos económicos manejados en esta historia, los resaltaré en negrita a medida que vayan apareciendo en la historia:



I. CREACIÓN DE UNA DEMANDA ARTIFICIAL DE MENHIRES Y CONVERSIÓN DE LOS GALOS EN OFERENTES/PRODUCTORES.

Coyuntural se encuentra en el bosque con Obelix y se interesa por su menhir. Cuando le pregunta por un precio, Obelix afirma que no lo sabe, que simplemente lo cambia por otra cosa. Conociendo a los galos, podríamos decir que se mueven entre el trueque y una economía de subsistencia, en la que cada agente económico satisface por sí mismo sus necesidades (es cierto que Obelix intercambia sus menhires por otras cosas, pero también sabemos que para cuestiones básicas como la alimentación le basta con cazar jabalíes con su amigo Asterix). Por tanto, Coyuntural debe convencer al galo de la importancia del dinero, que le servirá para "comprar" cosas y, en definitiva, para ser una persona más "importante".



Finalmente, Coyuntural no sólo le compra a Obelix su menhir por 200 sestercios, sino que le dice que le comprará todos los menhires que pueda repartir. Obelix, que antes apenas trabajaba y vivía cómodamente, se encuentra ahora obligado a cumplir unos compromisos comerciales. Cuando Asterix le ofrece a Obelix ir de caza, éste le responde malhumorado que tiene mucho trabajo que hacer:



Al día siguiente, Obelix le lleva otro menhir a Cayo Coyuntural, pero éste le paga el doble que el día anterior debido a una subida de los precios. Obelix no entiende nada, e incluso mira al cielo buscando el sitio a donde han "subido" los precios. Cayo Coyuntural intenta explicarle que todo se debe a las fluctuaciones del mercado y a la interacción entre la oferta y la demanda:



Cuando Obelix vuelve a la aldea se da cuenta de que no puede comer, puesto que ha invertido el tiempo necesario para cazar un jabalí en fabricar un menhir. Como Asterix no le invita a comer, le compra su jabalí a otro vecino, Analgésix, avisándole de que le comprara cualquier jabalí que pueda cazarle. Observamos cómo, a la vez que el dinero hace su irrupción en la vida cotidiana de los galos, también comienza a introducirse una cierta división del trabajo: salvo excepciones, los galos satisfacían antes sus propias necesidades; ahora, algunos de ellos comienzan a especializarse (Obelix se dedica a fabricar menhires, Analgésix a cazar jabalíes...). Poco a poco, una economía de subsistencia con trueque se va convirtiendo en una economía de mercado.



jueves, 12 de septiembre de 2013

EL MERCADO DE BONOS EXPLICADO CON SENCILLEZ

(o OLVIDAD LA BOLSA, EL QUE IMPORTA ES EL MERCADO DE BONOS)

Aunque últimamente se haya corregido en parte esta tendencia con las informaciones que se dan sobre la prima de riesgo, llama mucho la atención la preponderancia que la Bolsa ha tenido sobre el mercado de bonos en los medios de comunicación.

En efecto, los principales periódicos y telediarios aportaban información puntual sobre la marcha de la Bolsa, la evolución de sus principales índices y la cotización de las acciones más destacadas. Pero al mismo tiempo, se le daba muy poca relevancia al mercado de bonos, a las subastas de deuda pública o a los tipos de interés pagados por los distintos títulos. Y sin embargo, el mercado de bonos es mucho más importante para nosotros que la Bolsa.

¿Y por qué es tan importante el mercado de bonos? En primer lugar, porque en gran medida es el que establece los tipos de interés a largo plazo para la economía en su conjunto. En segundo lugar, porque juzga diariamente las políticas económicas de los distintos gobiernos y tiene capacidad para castigarles subiendo el coste de su deuda (que básicamente es lo que lleva sucediendo en España desde hace unos años).

Para entender la importancia del mercado de bonos basta con identificar a sus principales actores:

  • Los principales emisores de los mercados de bonos son agentes económicos que necesitan grandes sumas de dinero, como las grandes empresas, pero por su importancia y por la cantidad de dinero que manejan, debemos destacar sobre todo a los gobiernos que emiten deuda pública.
  • Del mismo modo, los principales inversores en los mercados de bonos son los agentes económicos que mayores sumas de dinero manejan: fondos de pensiones, fondos de inversión, fondos soberanos... Estos agentes no solo mueven cifras gigantescas de dinero, sino que de ellos depende el bienestas y el futuro de millones de trabajadores y pensionistas del mundo entero.

Pero vayamos por partes. Para hablar del mercado de bonos es imprescindible saber qué se negocia en ellos, y para ello debemos hablar de los empréstitos. A menudo, los gobiernos y las grandes empresas necesitan sumas de dinero tan grandes que sería imposible encontrar un banco que se las prestase; en esos casos, recurren a la emisión de empréstitos.

En realidad, un empréstito no es más que un gran préstamo dividido en partes iguales. Cada una de estas partes se llama obligación. Las obligaciones son títulos-valores (como las acciones) cuyo comprador adquiere el derecho a percibir un interés periódico o acumulado y al que el emisor del título se compromete a devolver el importe del mismo en un plazo determinado. Siguiendo con la comparación con las acciones, mientras que éstas te convierten en copropietario de una empresa, las obligaciones te convierten en acreedor de un préstamo concedido a una empresa o país. Eso sí, el término obligación es demasiado teórico, los mercados financieros denominan bonos a los títulos de deuda, así que esa es la denominación que utilizaremos en el resto de la entrada.

En esta representación gráfica podéis ver una explicación simplificada de este proceso:


Fuente: www.finanzzas.com


Cada bono tiene un valor nominal, que es el valor oficial que se le da al emitirlo y que supuestamente es la cantidad que paga el comprador al adquirirlo (aunque puede venderse por menos si se emite con una prima de emisión). Los bonos también tienen un tipo de interés fijado en la emisión, pero el comportamiento del mercado de bonos puede hacer que los intereses reales percibidos por los poseedores de los bonos se alejen mucho del tipo de interés fijado por el emisor. Veamos cómo puede suceder esto explicando brevemente el funcionamiento de los mercados primario y secundario de bonos:
Mercado Primario: es el mercado de emisión, es decir, en el que los prestatarios ponen a la venta los títulos de deuda. Por ejemplo, el gobierno español podría poner a la venta en el mercado primario bonos de deuda a diez años con un valor nominal de 1.000 € y un interés del 5% anual. Esto significa que el comprador de un bono recibiría un interés de 50 € al año y al cabo de diez años se le devolverían los 1.000 € invertidos.
Mercado Secundario:  es el mercado de negociación, en el que los bonos van cambiando de manos. El comprador original de los bonos los vende a otros inversores, y estos los van vendiendo sucesivamente a otros posibles compradores. El comportamiento de este mercado secundario es el que puede tener un impacto clave en la economía:
Imaginemos un escenario en el que el mercado de bonos se asusta ante el enorme tamaño de la deuda pública española (que se acerca peligrosamente al 100% del PIB). En esta situación, los inversores empezarían a preocuparse por la posibilidad de que el gobierno español sea incapaz de devolver su deuda. En tal caso, el precio del bono español caería, ya que los inversores intentarían desembarazarse de él para comprar títulos más seguros.
De este modo, el bono que se emitió a 1.000 € en el mercado primario podría acabar vendiéndose por 800 € en el mercado secundario. En principio, al gobierno español no le afectan los vaivenes del mercado secundario, y seguirá pagando 50 € al poseedor de dicho título, sea quien sea. Sin embargo, ese poseedor ya no cobrará un interés del 5%, sino del 6,25%, ya que percibirá unos intereses de 50 € por un título que le costó 800 € (50/800=0,0625).
El problema para el gobierno español es que, cuando vuelva a acudir al mercado primario a emitir bonos, los inversores  no aceptarán intereses inferiores al 6,25%, lo que encarecerá enormemente el coste de la deuda. 
Como podréis imaginar, todo este proceso acabaría desencadenando un auténtico círculo vicioso en el que el pago de mayores intereses empeoraría el déficit, y este aumento del déficit provocaría nuevos aumentos en el tipo de interés pagado por la deuda. En esta coyuntura, o bien se renuncia a devolver parte de la deuda (lo que enfadaría mucho a los mercados), o bien se recortan las demás partidas de gasto o bien se suben los impuestos. ¿Os suena esta historia?

Además, como mencionamos al principio de la entrada, el mercado de bonos es también importante porque determina los tipos de interés a largo plazo de la economía. En efecto, teniendo en cuenta que los bonos de deuda pública son considerados los activos con más seguridad de los mercados financieros, los tipos de interés que se piden por ellos influyen en todos los demás. Por seguir con el ejemplo anterior, si al estado español se le pide un 6,25% de interés por sus títulos de deuda, ¿qué no se le pedirá a cualquiera de sus bancos o demás empresas, que en principio son prestatarios mucho menos seguros? Y como una cascada, los tipos pedidos a estas empresas repercutirán en el conjunto de la economía. De este modo, que la deuda española sea más cara que la alemana no sólo significa que el Tesoro Público alemán se financia de forma más barata que el español, sino que las empresas alemanas también lo hacen, con todas las repercusiones que eso tiene para la inversión, la actividad y el empleo.


Aunque los actuales bonos no tienen soporte físico, sino que son simples anotaciones contables registradas informáticamente, anteriormente sí que lo tenían, como ocurría con las acciones. Aquí tenéis un ejemplo de un bono del tesoro emitido en Estados Unidos en 1977 con los cupones que se adjuntaban para el cobro de intereses.

viernes, 6 de septiembre de 2013

POR QUÉ LA INDUSTRIA ES TAN IMPORTANTE (y POR QUÉ ESPAÑA TIENE UN PROBLEMA)

En la última entrada le echamos un vistazo a la estructura sectorial de nuestra economía y mencionamos el rápido proceso de desindustrialización que ha tenido lugar en España desde 1990, año en el que la participación de la industria en el PIB español era un 70% mayor que en 2012.

Cerraba la entrada afirmando que, a pesar de que el peso relativo de los servicios en los países ricos es mucho mayor que el de cualquier otro sector, la importancia de la industria es vital, y daba dos razones para ello: la productividad y la exportabilidad. Desarrollemos en esta entrada ese argumento.


La Importancia de la Productividad.

En una entrada anterior, cuando explicaba qué era la devaluación interna, definía la productividad como la relación existente entre la producción obtenida y los recursos empleados para ello, y afirmaba que lo más corriente era referirse a la productividad del trabajo, a la que podemos calcular como el cociente entre la producción obtenida y la cantidad de trabajo empleada.




En la industria, donde son mucho más fáciles la mecanización y el uso de procesos químicos y físicos, resulta mucho más sencillo aumentar la productividad que en los servicios. Por tanto, cuanto mayor sea el proceso de desindustrialización de un país, más difícil será aumentar la productividad de su economía.

Ahora, detengámonos a razonar esto un momento. Pensad en una planta productiva o una cadena de montaje. Es relativamente fácil aumentar la productividad de la mano de obra si se renueva la maquinaria, se rediseña la planta o se modifica la asignación de tareas. Sin embargo, pensemos en servicios típicos como pueden ser los de un masajista, una orquesta o un profesor:

  • Es posible que el masajista mejore su formación y se convierta en un auténtico experto, pero lo más probable es que eso repercuta en que sus masajes sean más satisfactorios, no más cortos.
  • Si los músicos de una orquesta aumentasen su habilidad en el manejo de sus instrumentos, de modo que pudieran tocar en quince minutos una pieza de veinticinco... ¿podríamos decir realmente que ha mejorado su productividad?
  • Sobre el papel, es posible aumentar la productividad de un profesor aumentando el número de horas lectivas y el ratio de alumnos por clase, pero inevitablemente se resentiría la calidad de su trabajo, tanto por el mayor número de horas lectivas como por la enorme cantidad de nuevos alumnos a los que debe atender (al aumento de alumnos por clase hay que añadir que ahora impartirá su materia a más clases). Y sí, con este ejemplo he arrimado el ascua a mi sardina... Emoji
Por supuesto, se puede aumentar la productividad reduciendo los salarios, que es lo que se está haciendo en España, pero intentemos centrarnos en aumentos "constructivos" de la productividad, que ya hay bastante gente que piensa en las otras formas de hacerlo...

También soy consciente de que estoy simplificando la realidad. Hay servicios en los que es posible conseguir grandes aumentos de la productividad: por ejemplo, las nuevas salas "escalonadas" de los multicines supusieron un incremento espectacular de la calidad y la productividad del servicio ofrecido; el desarrollo de internet y la informática ha supuesto también un enorme salto cuantitativo y cualitativo para servicios relacionados con la consultoría o las finanzas (aunque ya hemos visto a dónde nos han llevado muchas de esas "innovaciones")... Pero si pensáis en todos aquellos servicios que requieren una atención personalizada, estaréis de acuerdo conmigo en que en ellos es mucho más difícil aumentar la productividad que en la industria.
Un inciso: la mayor productividad del sector industrial es responsable en parte de su menor peso en el PIB de los países ricos. A medida que aumenta la productividad los bienes se abaratan, y dicho abaratamieto ha sido mucho mayor en la industria debido a su mayor productividad. Citando un ejemplo utilizado por el profesor Ha-Joon Chang en su libro 23 Cosas que No Te Cuentan sobre el Capitalismo, con el dinero que costaba hace diez años comprarse un PC (descontando la inflación) probablemente hoy se puedan comprar tres o cuatro ordenadores de potencia superior, de manera que en una casa es muy normal que haya varios ordenadores. Pero aun con varios ordenadores, es muy probable que la parte de nuestros ingresos que gastamos en informática haya bajado con respecto al pasado. En cambio, es posible que la parte de nuestros ingresos destinados a cortarnos el pelo sea igual o mayor que antaño. El resultado es que aunque parece que nos gastamos una mayor parte de nuestra renta en cortarnos el pelo y menos dinero en ordenadores que antes, lo cierto es que consumimos más ordenadores y nuestro consumo de peluquería sigue siendo el mismo.
 De igual modo, aunque nuestras fábricas produzcan más bienes que antaño, su peso en el conjunto del PIB es menor debido en parte a que su precio se ha abaratado mucho gracias a la productividad (por supuesto, esta no es la única explicación para el descenso del peso relativo de la industria, pero es uno de los factores que lo explican).


sábado, 24 de agosto de 2013

ESTRUCTURA SECTORIAL DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA (o HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA)

Como ya sabéis, las distintas actividades económicas se agrupan en tres sectores: primario, secundario y terciario.
  1. El sector primario engloba las actividades relacionadas con la extracción de recursos naturales: agricultura, pesca, ganadería, etc.
  2. El sector secundario comprende las actividades que implican algún tipo de transformación o elaboración. Principalmente, engloba las actividades industriales, que consisten en la transformación de materias primas en bienes manufacturados, pero también incluye la construcción y el sector energético.
  3. Por último, el sector terciario comprende las actividades dedicadas a ofrecer servicios de todo tipo. Como comprenderéis, este sector es un enorme cajón de sastre que contiene actividades muy diversas: comercio, transporte, comunicación, ocio, educación, sanidad, etc.
Ya desde muy pronto se estudió la relación que existe entre la estructura económica de un país y su grado de desarrollo económico.

  • Antes de que Adam Smith escribiera La Riqueza de las Naciones, el filósofo y estadístico inglés William Petty enunció la ley que lleva su nombre, según la cual el progreso técnico induce a una reasignación de la mano de obra de la agricultura a las actividades no agrícolas.
  • En su famoso libro Las Condiciones del Progreso Económico (publicado en 1940 y revisado en 1957), el economista australiano Colin Clark llegó a la conclusión de que una de las formas en que se manifiesta el progreso económico es en la continua transferencia de trabajo del sector primario al secundario, y de éste al terciario.
Las propuestas de ambos autores suelen considerarse en conjunto, de forma que a la ley económica que las reúne se le denomina Ley de Petty-Clark.

En efecto, podemos comprobar cómo a medida que un país se desarrolla económicamente va cambiando la importancia relativa de cada sector.
  • En los países pobres, en los que el tejido institucional no está bien desarrollado y la preocupación fundamental es la subsistencia, el sector primario suele ser el más importante.
  • Los países que abandonan la pobreza y atraviesan una etapa de elevado crecimiento se caracterizan por una gran importancia del sector industrial (China sería un ejemplo paradigmático, pero el mismo rasgo se puede encontrar en los países de Europa occidental y Estados Unidos en las distintas fases de la Revolución Industrial).
  • Por último, los países más desarrollados económicamente se caracterizan por el predominio del sector terciario. Este predominio puede explicarse por varios motivos: el mayor nivel de vida de la población lleva a una mayor demanda de servicios, ya que son básicos para garantizar un buen nivel de vida; la mayor complejidad de las relaciones e instituciones sociales y de la actividad productiva también demandan más servicios; el propio deseo de los trabajadores, que prefieren buscar empleo en este sector, etc.
A pesar de la crisis galopante que azota a España, partamos del supuesto de que la nuestra es una economía desarrollada... ¿Se cumple en nuestro país la ley Petty-Clark según la cuál en una economía desarrollada debería predominar el sector servicios? Comprobémoslo en las siguientes tablas.
Antes de abordar el análisis de dichas tablas conviene hacer dos precisiones:
  • las dos variables más utilizadas para analizar la estructura económica de un país son los porcentajes de población ocupada en cada sector y la participación de dichos sectores en el PIB del país. Ambos indicadores serán los que se reflejen en las dos tablas.
  • puestos a aportar datos, ¿por qué no hacerlo desde 1970 a la actualidad y ver así la evolución de  nuestra economía en las últimas décadas? Y dado que la construcción ha sido un sector tan clave de nuestra economía, los datos del mismo se aportarán de forma individualizada.
Cuadro 1: Estructura del PIB español por sectores. 
Año
Agricultura Pesca
Industria  Energía
Construcción
Servicios
1970
11,0
34,0
8,8
46,3
1980
7,0
28,6
7,9
56,5
1990
5,5
25,1
8,8
60,6
2000
4,4
20,9
8,3
66,4
2005
3,1
18,4
11,6
66,8
2009
2,5
15,1
10,7
71,7
2010
2,616,111,969,3
2011
2,7
16,9
11,5
69,0
2012
2,7
16,9
9,1
71,3

Cuadro 2: Estructura del empleo español por sectores. 
Año
Agricultura Pesca
Industria  Energía
Construcción
Servicios
1970
29,3
25,3
8,9
36,5
1980
18,6
27,2
9,3
44,9
1990
11,5
23,7
9,9
55,0
2000
6,6
20,0
11,2
62,3
2005
5,3
17,3
12,4
65,0
2007
4,6
16,0
13,3
66,3
2009
4,2
14,4
9,7
71,7
2010
4,4
14,2
8,5
72,8
2011
4,5
14,2
7,2
74,1
2012
4,6
14,0
6,4
75,0

miércoles, 14 de agosto de 2013

ANTOLOGÍA DEL DISPARATE: EMPRESAS E IMPUESTOS.


Desde que conocí la Antología del Disparate escrita por el profesor Luis Díaz Jiménez, clásico libro en el que el autor recopilaba respuestas reales de sus alumnos recogidas a lo largo de su carrera, he querido realizar mi propia antología.

Aprovechando el descanso estival, dedicaré una entrada a publicar una miniantología propia. Para hacer la entrada accesible a cualquier lector ocasional, he elegido respuestas sobre dos temas muy genéricos en los que no hace falta tener conocimientos específicos de Economía para darse cuenta de las barbaridades contestadas por los alumnos. Estos temas son la empresa y los impuestos, y corresponden a contestaciones a exámenes de 1º de Bachillerato.

Antes de dejaros con la antología he de hacer varias aclaraciones: he dudado hasta última hora de si debía publicar o no esta entrada, ya que podría verse como una forma de ridiculizar a unos chicos a los que seguro que no les haría ninguna gracia ver cómo se ríen de ellos.

Al final me he decidido por varios motivos: en primer lugar, las respuestas son totalmente anónimas, recogidas a lo largo de varios años y de distintos sitios (de hecho, al rebuscar entre exámenes antiguos me he dado cuenta de que me he olvidado de muchos de estos chicos, lo que me ha dado bastante pena). Además, el hecho de que una respuesta sea absurda no quiere decir que quien la ha escrito sea más o menos listo o más o menos torpe: la mayoría de las veces, se trataba de malos estudiantes que en vez de dejar la página en blanco escribían lo que se les ocurría.

Sí hay, no obstante, bastantes casos de chicos con unas carencias ortográficas y de expresión enormes (las respuestas las he escrito tal y como estaban en los exámenes, juzgad vosotros mismos). Normalmente, se trataba de chicos que se habían matriculado en 1º de bachillerato sin tener las aptitudes necesarias, y que acababan abandonando el curso o suspendiéndolo todo. Esto nos llevaría a plantearnos el mínimo nivel de exigencia requerido para obtener el título de la ESO, pero eso sería entrar en un tema que no es el objeto de esta entrada.

Por otra parte, no se puede tomar esta recopilación como una representación del actual nivel educativo: también había muchísimos exámenes brillantes y respuestas magníficas. Pero claro, con ellas es difícil publicar una entrada divertida... Emoji

Y hechas estas precisiones, os dejo con la antología... ¡que la disfrutéis!



Impuestos.

  • Es dinero que pagamos todos para pagar obras o a los bancos.
  • los impuestos directos, son aquellos que tienes que pagar por ley, al residir en territorio español, los indirectos son los que no tienes que pagar siempre y de golpe.
  • Los impuestos son las tasas mensuales que pagan todos los españoles con un salario regulado. La declaración de hacienda es "IRPF".
  • Los impuestos son bienes con los que el estado paga a los jubilados, a la sanidad, Defensa... etc. También las reparaciones u otro tipo de estructura.
  • Los impuestos son unos pagos que exige el estado a familias, etc... para obtener mayores bienes.
  • Los impuestos son imposiciones, impuestas por el estado y por ley.
  • Son pagas que se hacen, ya pueden ser anuales o mensuales.
  • Es el capital que tenemos que pagar al estado para los productos que compramos, para los bienes públicos... construccion de parques, bibliotecas...
  • Son un valor añadido a los productos ya sean necesarios o innecesarios
  • Los impuestos son cantidades de dinero añadidas cuando compramos un objeto, ese dinero añadido se lo queda el propietario del sitio donde lo ha vendido.
  • Los impuestos un valor añadido al producto que se va ha adquirir, existen tres tipos de impuestos de 8%, 10% y 18%.
  • Los impuestos indirectos son los que se pagan cuando se hace la declaración de la renta.
  • Impuestos indirectos son aquellos los que te descuentan una cuarta parte de tu paga como puede ser la seguridad sanitaria. Impuestos directos añaden el IVA cuando compras un objeto o ropa.
  • Los Impuestos Indirectos son aquellos que no lo paga una persona en especial como es el Iva que pagamos por consumir un producto. y los directos son los que pagan cada persona en especial como es el IRPF o el IBI que depende de cada persona.
  • Los impuestos indirectos son aquellos que se aplican mediante otros pagos al bien.
  • Los impuestos indirectos son aquellos que van directos al estado (IVA, IRPF, PIB)


Las empresas.
  • Las empresas son un conjunto de socios que se asocian la empresa puede ser una sociedad anonima o limitada.
  • Las empresas son un conjunto de accionistas que deciden crear un producto, pero que para crear un producto deben de crear una empresa.
  • Son organizaciones que se crean con el fin de conseguir el máximo capital posible. Según su forma jurídica pueden ser anónimas o del estado. las anónimas: estan formadas uno o más accionistas y no interviene el estado.
  • Una empresa es un sitio que se dedica únicamente a la fabricación de productos y el objetivo de todas las empresas es satisfacer a las personas con sus productos.
  • Las empresas son un conjunto de accionistas y inversores que aportan un capital a cambio de dividendo
  • Está formada por un grupo de una o más personas autónomas que su función es satisfacer a las personas y otras empresas con el trabajo que realizan.
  • La empresas se rigen de forma que hay varios poderes ejecutivo, judicial y legislativo.
  • Las empresas pueden ser privadas, mixta que lo paga el estado en parte y la otras personas particulares, y la empresa del Estado. La empresa más grande del pais es el Estado que tiene funcionario trabajando para ello.
  • Empresa Sociedad Anónima (SA): Varios componentes aportan capital, pero no tienen que trabajar en la empresa