domingo, 22 de marzo de 2015

EL PROBLEMA DE LA DEUDA EN ESPAÑA


Como sabéis, la llegada de Podemos ha generado un auténtico terremoto en el panorama político español. En la siguiente entrada nos centraremos en una de las medidas más polémicas propuestas por la formación de Pablo Iglesias: la reestructuración de la deuda. En efecto, vamos a abordar la conveniencia o no de esta medida y, para ello, debemos hablar de uno de los problemas más graves de la economía española: el endeudamiento.


ENDEUDAMIENTO MASIVO.



Si tomamos datos oficiales del Banco de España, el endeudamiento total de la economía española en 2008, año en que oficialmente estalla la crisis, era de 3'98 billones de euros, una auténtica barbaridad, sobre todo si tenemos en cuenta que el PIB español era de algo más de un billón de euros. Ojo, no estamos hablando de deuda pública, sino de deuda total de la economía española, de la que la deuda del sector público es tan sólo una parte, como veremos a continuación.

En el siguiente gráfico podemos observar cómo se dividía este endeudamiento entre los distintos sectores de la economía. Además, para analizar cómo y en qué momento se generó toda esa deuda no sólo incluiremos los datos referidos a 2008, año en el que "oficialmente" comienza la crisis, sino también los de 1996, año en el que llega al gobierno José María Aznar y comienza el "milagro económico" español, y 2002, año en el que comienza a circular el euro.




  • La deuda de las empresas (sociedades no financieras) ascendía en 2008 al 135'6% del PIB (1'475 billones de euros). Dentro de este endeudamiento tuvo un gran peso la inversión en el sector inmobiliario y la construcción, que llegaron a suponer un 47'6% de la inversión total (es decir, prácticamente la mitad de la inversión privada que se llevaba a cabo en el país era en el sector de la construcción). Pero aunque inmobiliarias y constructoras fueron las campeonas del endeudamiento, hay que tener en cuenta el proceso de expansión internacional de las grandes empresas españolas (bancos, petroleras, eléctricas, etc.) que tuvo lugar principalmente en América Latina y generó una gran necesidad de recursos financieros.
  • La deuda de las familias ascendía al 83% del PIB en 2008 (913.000 millones de euros). La mayor parte de esta deuda estaba vinculada a la adquisición de viviendas. Ha sido corriente criticar a los ciudadanos diciendo que "vivieron por encima de sus posibilidades". Sin embargo, mientras que bancos y empresas se endeudaron buscando beneficios y plusvalías, las familias lo hicieron para adquirir un bien esencial brutalmente sobrevalorado; además, la ausencia de una política pública de vivienda que facilitase el alquiler o la adquisición de viviendas de protección oficial no dejó otra opción a muchas familias. De hecho, basar el crecimiento de la economía española en el desarrollo del sector de la construcción, como hicieron los gobiernos de Aznar y Zapatero, sólo podía acabar con un sobreendeudamiento de las familias. 
  • La deuda de las entidades financieras suponía en 2008 el 99'6% del PIB (1'08 billones de euros). Como se puede apreciar en el gráfico, la llegada del euro influyó de forma determinante en el endeudamiento de los bancos: si entre 2002 y 2008 el endeudamiento de familias y empresas se multiplicó por 2'4 y 2'3 respectivamente, en esos seis años el endeudamiento de los bancos se multiplicó por 7'5. Antes del euro, los bancos financiaban los créditos que concedían con los depósitos de sus clientes; tras la entrada en el euro, los bancos tuvieron que financiar la gran demanda de crédito de familias y empresas con capital europeo (principalmente alemán y francés), con lo que su deuda pasó de menos de 145.000 millones de euros en 2002 a más de un billón de euros en 2008 (algo de esto ya lo vimos en nuestra primera entrada, ¿os acordáis?).
  • La deuda pública ascendía en 2008 al 47% del PIB (510.000 millones de euros). Este dato pone de manifiesto otra de las grandes falacias de la crisis: que ésta se debió al endeudamiento público y a un excesivo gasto del Estado. Que hubo despilfarro público es evidente (ahí están los aeropuertos sin aviones y las autopistas sin tráfico para atestiguarlo), pero la deuda pública no sólo disminuyó, sino que en 2007 hubo superávit de las cuentas públicas. Es cierto que esto se debió a que la burbuja especulativa generó un boom de ingresos fiscales (ingresos que se desvanecieron en cuanto la burbuja explotó), pero no es menos cierto que echar la culpa de la crisis al endeudamiento público es desviar la atención de sus auténticas causas.

Conviene detenerse un instante a analizar la magnitud de estas cifras. Que el endeudamiento de los cuatro sectores analizados fuese del 365'4 % del PIB en 2008 significa que la economía española debería dedicar TODO lo que produce al pago de su deuda durante más de tres años y medio para poder saldarla. Repito: TODO; es decir, no quedaría nada para comer, vestirse, inversión de las empresas, etc. Con lo que nos cuesta ahorrar a final de mes, ya os imaginaréis que devolver esa deuda es... digámoslo suavemente, peliagudo.


Observando con más detenimiento el gráfico queda de manifiesto la debilidad del crecimiento económico español: mientras que nuestro PIB creció un 229'5% entre 1996 y 2008, el endeudamiento de la economía española lo hizo un 524'42%. Si solo tenemos en cuenta la deuda privada, este aumento es mucho más alarmante y llegó al 850'10%. Es decir, para que el PIB se multiplicara por 2'29 hizo falta que el endeudamiento lo hiciera por 5'24 y la deuda de los agentes privados por 8'5. Como le he oído decir al economista Santiago Niño Becerra, la economía española sólo creció gracias a que se cargó con una mochila de deuda (aunque yo más bien hablaría de un container).



Aún peor, la mayor parte de ese endeudamiento ha sido fruto de una dinámica especulativa en torno a un bien concreto, la vivienda, que generó una gran inestabilidad en el sistema.