Resumen del capítulo anterior: Fernando, un hombre hecho a sí mismo, decide emprender una nueva aventura empresarial como promotor de viviendas. Para ello, constituye con varios socios la Promotora el Zapador, S.L. Para construir su primera promoción, solicitan un préstamo de dos millones de euros al banco Walk ING.
Por desgracia, las cosas no van como esperaban Fernando y el
banco Walk ING. El auge de la construcción era solo un espejismo. En realidad,
los últimos años se ha estado hinchando una burbuja especulativa en el sector
de la construcción que ahora da las primeras señales de estar perdiendo aire.
De repente, la demanda de viviendas se ha estancado y es mucho más difícil vender
pisos que hace unos meses. Finalmente, Fernando y su promotora solo consiguen
vender una pequeña parte de las viviendas construidas, con lo que le resulta
totalmente imposible devolver el préstamo recibido.
Llegados a este punto, lo normal sería que Promotora el
Zapador S.L. se declarase en quiebra y se procediera a la liquidación del
negocio. El Banco Walk ING, como principal acreedor, se convertiría en
propietario del patrimonio de la empresa y reconocería las pérdidas causadas
por la operación.
Si nos atenemos al
balance tipo que mostramos en una de nuestras anteriores entradas, el Banco
Walk ING habría contabilizado el préstamo a Promotora el Zapador S.L. de la
siguiente forma…
Al quedar impagado el
préstamo y convertirse el banco en propietario de los bienes de la promotora,
el préstamo desaparecerá del balance para ser sustituido por una cuenta de
activo donde figurará la promoción de viviendas. Sin embargo, esta promoción
debe figurar por su valor. Si suponemos que este valor es de novecientos mil
euros, resulta que el activo del banco Walk ING se ha visto reducido por un
importe de un millón cien mil euros.
Si el activo del
balance se reduce como consecuencia de una inversión fallida, el pasivo debe
reducirse en la misma cantidad para reconocer las pérdidas. Para reflejar la
pérdida de valor que experimenta la empresa como consecuencia de esta
operación, la partida del pasivo que debe reducirse debe ser la de los recursos
propios, es decir, el capital y las reservas:
Si un banco se ha comportado de forma prudente y racional a lo
largo de su andadura, lo normal es que sus recursos propios tengan la cuantía
suficiente como para afrontar pérdidas inesperadas como esta. Sin embargo,
puede que su actuación no haya sido tan prudente (después de todo, una burbuja
especulativa es una situación en la que los agentes económicos actúan con efervescencia y olvidan muchas veces la
precaución) o que la dirección del banco opine que asumir una pérdida de estas
características abriría un peligroso agujero en su balance.
Como ya dijimos en el
capítulo anterior, la expansión de las cajas de ahorro se apoyó en gran medida
en la inversión inmobiliaria. Seguramente, el banco Walk ING tenga capital más
que suficiente como para hacer frente a la quiebra de Promotora el Zapador, S.L.,
pero es más que probable que tenga muchos otros préstamos arriesgados en su
balance y que la dirección del banco no quiera reconocer la pérdida de ninguno
de ellos.
Así, en vez de asumir la pérdida de la operación, el banco
Walk ING le ofrece a la promotora un nuevo préstamo con que pagar el anterior. En
realidad, el préstamo es una operación ficticia, el banco no le ha prestado
ninguna cantidad de dinero a la promotora. Simplemente, ambas entidades han
sustituido en sus cuentas y balances un préstamo antiguo de dos millones de
euros por un préstamo moderno… de dos millones de euros.
De este modo, el banco Walk ING comienza un proceso de acumulación de recursos para absorber las pérdidas ocultas en su balance antes de que estas llamen la atención de inversores extranjeros o de las autoridades financieras. En este proceso, el banco será mucho más exigente en la concesión de nuevos créditos, lo que perjudicará gravemente a emprendedores y familias que podrían haber recibido un crédito en otra situación.
Por su parte, Promotora el Zapador, S.L. se ha convertido en una empresa zombi: está muerta, pero se mueve y actúa como si estuviera viva. A pesar de estar en quiebra, sigue abierta, y a Fernando y a sus socios no les parece mal. Después de todo, quién sabe, a lo mejor la cosa mejora, el mercado remonta y consiguen vender más viviendas.
Sin embargo, como todo buen experto en muertos vivientes sabe,
los zombis constituyen una plaga que se extiende sin control…
(continuará...)
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