jueves, 9 de mayo de 2013

FUGA DE CAPITALES LOW COST (o cómo salvar mis ahorros si soy pobre)

Por si no lo habíais notado, estamos en crisis. Perdón, me he equivocado... lo que quería decir es que estamos en CRISIS. Según muchos especialistas, la peor desde la Gran Depresión de los años treinta, y lo cierto es que en muchos aspectos es incluso peor (por ejemplo, la cifra de paro en Estados Unidos en el punto álgido de la Depresión estaba en torno al 23%, mientras que en España nos encaminamos alegremente al 30%).

En esta situación, es lógico que la gente esté asustada. Posibilidades hasta hace poco impensables como la salida del euro, la quiebra de un banco importante o un corralito ya no son tan inverosímiles (qué demonios, ¿acaso no acaba de haber un corralito en la Unión Europea?). Al ser profesor de economía, es normal que muchos amigos y compañeros me pregunten sobre cómo salvaguardar sus ahorros, aunque por desgracia no es mucho lo que les puedo decir (como les digo a mis alumnos, estudiar Economía no me sirvió para hacerme rico, sino para saber por qué soy pobre).



Hay amigos y familiares de afectador por las preferentes que me han preguntado qué pueden hacer en su situación. En este caso, bien poco les puedo aconsejar. Si el afectado firmó un contrato y no es prácticamente analfabeto lo tienen bien cogido. Lo único que les puedo decir es que busquen una asociación de afectados y que se unan a ella para buscar apoyo, asesoramiento, emprender acciones conjuntas, etc.

Otra pregunta muy recurrente es cómo proteger nuestros ahorros de la quiebra de un banco. En principio, los depósitos y cuentas corrientes de los ahorradores están garantizados hasta los 100.000 € por el Fondo de Garantía de Depósitos, pero yo no confiaría mucho en él. Al cierre de 2011 ya estaba en números rojos al haberse dedicado a la recapitalización del sistema financiero. Si ocurre lo peor y cae una entidad como Bankia, lo cierto es que no habría dinero suficiente para compensar a todos sus depositantes.

Otra gran preocupación es que se produzca un corralito o una salida del euro. Lo primero que debo decir es que, en mi opinión, el caso español no es como el chipriota: aquí, la salida del euro y el corralito vendrían cogidos de la mano. El problema de Chipre se debía a un sector bancario sobredimensionado debido a que el país era un paraíso fiscal. En España, el corralito vendría como consecuencia de la salida del euro.

No voy a explicar cómo sería la salida del euro. Para eso, os recomiendo que leáis esta magnífica entrada del blog Principia Marsupia, donde se explica con sencillez y claridad. Lo que sí diré es que una salida del euro y el regreso de la peseta supondría su devaluación inmediata (tanto para ganar competitividad como por la propia dinámica de los mercados de divisas). En la práctica, los ahorradores perderían de un plumazo la mitad de su dinero (se dice que la peseta se podría devaluar un 50%, aunque hay opiniones más optimistas, como la del banco de inversión Nimura, que fija esta devaluación "sólo" en el 35%).

Lógicamente, el temor a que esto ocurriera provocaría una inmediata fuga de capitales, y para evitarla se implantaría un corralito, una medida por la cual se limita la cantidad de dinero que se puede sacar al mes o a la semana de cada cuenta bancaria.


Los ricos ya se han dado cuenta de que la cosa pinta mal y como ratas que abandonan el barco llevan un tiempo sacando su dinero de España. En efecto, sólo en 2012 salieron de España más de 179.000 millones de euros. Esta masiva fuga de capitales se ha dirigido hacia tres países fundamentalmente: Estados Unidos, Reino Unido y Suiza. Tres países fuera de la eurozona y a salvo de cualquier pacto intracomunitario que pueda poner en peligro sus ahorros.

Pero... ¿y qué pasa con los pobres? ¿Hay alguna manera de que puedan proteger sus ahorros? Examinemos las posibles alternativas que tienen a su disposición:


1. SACAR EL DINERO DEL BANCO (fácil pero arriesgado)

Es quizás la opción más obvia. Si no queremos arriesgarnos a que nuestro banco quiebre, a que bloqueen nuestras cuentas o incluso a que nos quiten nuestro dinero (como amagaron con hacer en Chipre), lo más fácil es sacar el dinero del banco. Además, la animadversión generalizada hacia los bancos ha hecho que mucha gente se plantee esta opción al margen de corralitos, devaluaciones y demás catástrofes. Incluso han aparecido en el mercado productos de lo más llamativo, como cajas de seguridad incrustadas en colchones.
Vayamos a los inconvenientes. Por supuesto, si el gobierno pone en marcha un corralito lo hará sin avisar, así que si queréis retirar el dinero del banco tendréis que empezar con tiempo. Además, los bancos ponen pegas a las retiradas masivas de dinero y exigen que se avise con varios días de antelación. Por motivos de seguridad, con una tarjeta se puede sacar un máximo de 600 € al día (es decir, que necesitaríais diez días para retirar 6.000 €).

Evidentemente, siempre habrá que dejar algo de dinero en el banco para hace frente a los recibos y domiciliaciones, e incluso puede ser que el gobierno limite las operaciones con efectivo, lo que os podría hacer pasar auténticas penurias (en el caso de salida del euro, el Banco de España estamparía un sellito a los euros que circulasen de forma transitoria hasta la vuelta física de la peseta, por lo que puede ser que los euros que hayáis acumulado no tengan salida hasta después de mucho tiempo). Por supuesto, perderíais los intereses que ahora mismo estéis cobrando y vuestro dinero iría perdiendo valor por culpa de la inflación, aunque con los intereses que se pagan ahora mismo eso no deja de ser un mal menor.

Desde luego, el mayor inconveniente es el riesgo de perder el dinero o que te lo roben. En este sentido, hay que ser especialmente cuidadoso, muy discreto y, sobre todo, buscar un buen escondite (y no seáis cutres, que el calcetín, el colchón o la baldosa están muy vistos). Y claro está, siempre cabe la posibilidad de que al final no pase nada, ni quiebra bancaria, ni salida del euro, ni corralito ni nada de nada, por lo que habríamos corrido todos estos riesgos de forma innecesaria.


2. INVERTIR EN ORO O EN MATERIAS PRIMAS (fácil pero arriesgado).


Otra opción para proteger nuestro dinero es invertir en bienes en especie. Desde los años noventa, los grandes bancos de inversión norteamericanos pusieron a disposición de los ahorradores la posibilidad de invertir en materias primas. Hay dos grandes índices especulativos que copan el mercado de la inversión en materias primas: el índice Goldman Sachs de materias primas y el índice Dow Jones - AIG de materias primas. Estos índices recogen el precio ponderado de diversas materias primas agrícolas (café, cacao, arroz, trigo, azúcar, etc.), ganaderas (carne de porcino, de ovino, etc.), energéticas (petróleo, gas, etc.), metales preciosos (oro, plata, etc.)... Estos índices especulativos de materias primas vienen a ser una especie de fondos de inversión, sólo que en vez de invertir en acciones u otros valores se invierte en contratos de futuros de materias primas.

A mi juicio, el principal problema de invertir en índices de materias primas es que es terriblemente inmoral. Entre 2003 y 2008, la cantidad de dinero invertido en materias primas pasó de 13.000 a 317.000 millones de dólares. Cuando en un mercado entra tantísimo dinero, el resultado sólo puede ser uno: la subida meteórica de los precios. Y en efecto, en julio de 2008, los precios de las principales materias primas agrícolas alcanzaron niveles récord, provocando hambrunas y revueltas en el África subsahariana, Bangladesh o Haití. Y no olvidéis que todo el tinglado está montado para beneficiar a los auténticos especuladores: los grandes bancos; puede ser que obtengáis beneficios (previo pago de elevadas comisiones, por supuesto), pero también puede ser que os estrelléis. Además, esta operación sólo os libraría de una devaluación mientras dure la operación; en cuanto venza el plazo de la misma no tendréis euros, sino pesetas. Tristes e indefensas pesetillas.

Si dejamos de lado complicados instrumentos especulativos, siempre podemos invertir en oro. En los tiempos que corren, el oro es de los pocos valores seguros que quedan. Ahí, nuestro dinero sí que estaría seguro de devaluaciones, corralitos y quiebras bancarias... ¡pero cuidado, que no es oro todo lo que reluce! (perdonad el chiste malo). El oro es un valor tan seguro que mucha gente ha buscado refugio en él, hasta el punto de que su valor se ha multiplicado por siete en la última década. Es decir, se está formando una burbuja especulativa en torno al oro. Y ya deberíais saber lo que acaba pasando con las burbujas: que se pinchan.


3. ABRIR UNA CUENTA EN DIVISAS (fácil, pero arriesgado)

Una opción al alcance de vuestra mano es abrir una cuenta en divisas en cualquier banco nacional. Lo normal es abrirla en dólares o en libras esterlinas, pero cualquier moneda es válida. Eso sí, hasta ahora, la trayectoria del euro ha sido la de revalorizarse frente a otras monedas, así que podríais perder dinero al cambio si continúa esta tendencia.

La operación se vuelve aún más arriesgada si al final España no sale del euro y los costes y pérdidas asumidos no sirven para nada (por cierto, cuidado con las comisiones). Y claro está, esta alternativa no protege en absoluto del riesgo de quiebra de un banco.

Un último riesgo, en el caso de salida del euro el gobierno podría decretar la conversión obligatoria de todas las cuentas en divisas a pesetas al cambio que decida. Sie so sucediera, tendríais que reclamar en los tribunales la devolución de las divisas confiscadas. Suerte.



4. ABRIR UNA CUENTA EN UN BANCO EXTRANJERO (difícil y costoso).

En los tiempos que corren, con la globalización invadiendo todos los rincones de nuestra vida, cualquiera pensaría que abrir una cuenta en un banco de otro país no debería ser muy difícil... ¡ERROR! Abrir una cuenta en un banco de otro país es difícil, engorroso y costoso.

Antes de nada, hagamos una precisión: abrir una cuenta en un banco extranjero radicado en España (como ING, Barclays o Deutsche Bank) NO es como abrir una cuenta en el extranjero. Las filiales de estos bancos están bajo la supervisión del Banco de España y, a efectos legales, abrir una cuenta en ellos es exactamente lo mismo que hacerlo en cualquier entidad española, exactamente lo mismo. Es más, ni siquiera están autorizados para abrir desde aquí una cuenta en alguna de sus oficinas del extranjero. Mientras no se materialice la tan comentada unión bancaria, toda oficina que opere en España está bajo la supervisión del Banco de España y puede ser objeto de corralito y/o devaluación.

Por lo tanto, no queda otra opción que desplazarse al extranjero. Si nos plantemos otro país de la Unión Europea, como Alemania, Francia, Holanda o Reino Unido, lo normal es que nos pidan un certificado de residencia o empadronamiento (si conocéis a alguien de confianza que esté trabajando allí es posible que cuele si dais su dirección). También es posible abrir una cuenta como no residente, pero os freirán a comisiones, hay que notificarlo al Banco de España y Hacienda clavará sus garras en vosotros (y no os molestéis en ocultarlo, el propio banco se encarga de enviar la información al fisco).

En ambos casos, es necesario desplazarse a la oficina donde vais a abrir la cuenta. Es cierto que hay ofertas para abrir cuentas a través de internet, pero el proceso es tan engorroso que trae más cuenta adquirir un vuelo low cost  y desplazarse a Berlín para hacerlo en persona.

Algunos de vosotros estará planteándose emular al mismísimo Luis Bárcenas y abrir una cuenta en Suiza. Lo cierto es que abrir una cuenta en un banco suizo no es difícil. Aunque también hay que desplazarse, no te piden certificado de empadronamiento. Eso sí, los bancos suizos no aceptan clientes mindundis y para abrir una cuenta exigen un importe mínimo que puede ser de 50.000 o incluso de 100.000 €. Y las comisiones no se quedan atrás: una comisión de mantenimiento puede alcanzar fácilmente los 360 € al año.


Como veis, la moraleja que podemos sacar de esta pequeña guía es que la fuga de capitales es muchísimo más fácil y efectiva si eres rico que si eres pobre. Aunque, en fin, a estas alturas muy ingenuos tendríais que ser si no os hubiérais dado cuenta de que TODO EN LA VIDA ES MUCHÍSIMO MÁS FÁCIL SI ERES RICO.


PD: la información contenida en este artículo se ha extraído en su mayor parte del libro España Destino Tercer Mundo, de Ramón Muñoz (¡sí, al final me lo leí!) y, en menor medida, de los libros Cleptopía, de Matt Taibbi, y El Casino que nos Gobierna, de Juan Hernández Vigueras.

2 comentarios:

  1. Enhorabuena por este excelente artículo

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Lo cierto es que el mérito no es mío. Casi toda la información de la guía está sacada de los libros España Destino Tercer Mundo, Cleptopía y El Casino que nos Gobierna.

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