En la anterior entrada (tranquilos, no hace falta leerla,
pero os lo agradeceré mucho si lo hacéis) poníamos de manifiesto que con la
actual política que se está llevando a cabo en España la única vía para que
nuestra economía crezca es el aumento de las exportaciones, y también dijimos que este aumento se está
produciendo gracias a un proceso denominado devaluación interna. Hablemos hoy
de la devaluación interna, una
práctica que actualmente está implantándose en toda Europa en general y en
España en particular.
Para comenzar, digamos que la devaluación interna no es más
que una forma de aumentar la competitividad de un país con el fin de aumentar
sus exportaciones y alcanzar un superávit comercial. Las ventajas de ello son
obvias: las industrias nacionales incrementarán sus ventas y aumentará el
número de puestos de trabajo.
La palabra clave aquí es competitividad. Cuando decimos que España es competitiva, lo que en
realidad decimos es que nuestras empresas pueden competir con las empresas de
otros países y lograr que los consumidores tanto extranjeros como españoles
compren sus productos en vez de los de aquellas.
Una de las herramientas más utilizadas por los gobiernos de
los países para aumentar su competitividad es la devaluación de la moneda. Esta medida consiste en reducir el valor
de la divisa nacional con respecto al de las demás monedas. De este modo,
automáticamente, los bienes producidos en el país pasan a ser más baratos que
los producidos en el exterior. Por ejemplo, si el Reino Unido devaluase la
libra, a los consumidores estadounidenses les resultaría inmediatamente más
barato comprar con sus dólares los bienes producidos en Inglaterra.
Sin embargo, los países que han adoptado el euro como moneda
han perdido la capacidad de devaluar su moneda, por lo que tienen que buscar
otras vías para aumentar su competitividad. En este caso, no les queda más
remedio que actuar sobre la productividad.
La productividad es
la relación que existe entre la producción obtenida y los recursos empleados
para ello. Lo normal es calcular la productividad del trabajo, que se puede
calcular como el cociente entre la producción obtenida y la cantidad de trabajo
empleada (medida a través de los salarios que hay que pagar por ella):
Observando la fórmula, es obvio que para aumentar la
productividad de un país hay dos posibilidades: aumentar la producción con la
misma cantidad de trabajo (es decir, aumentar el rendimiento de los
trabajadores) o reducir el trabajo y/o los costes salariales sin que ello
afecte a la cantidad producida:
- Lo ideal sería aumentar el rendimiento de los trabajadores a través de innovaciones tecnológicas, mejoras en la organización empresarial, mejoras en la formación y la motivación de los trabajadores, etc.
Sin embargo, aumentar la
productividad por esta vía requiere tiempo y esfuerzo y se corre el riesgo de
que la inversión efectuada no dé los frutos deseados (por ejemplo, una reforma
educativa puede enfocarse de forma errónea, el ritmo de los descubrimientos
científicos puede ser menor que el esperado, etc.)
- Por tanto, desestimada la primera vía, la segunda opción es incrementar la productividad haciendo descender los costes salariales del país. Y aquí es donde entra en juego la devaluación interna.
Una reducción generalizada de los salarios llevaría a un
descenso de los precios. Los efectos de estos descensos salariales y de precios
equivaldrían económicamente a una devaluación monetaria:
•
Al cabo de unos meses, una devaluación de la
moneda nacional permite restablecer la competitividad, estimular las
exportaciones y restringir las importaciones.
•
Del mismo modo, una reducción generalizada de
los precios y salarios provocará que los bienes producidos en el país sean
comparativamente más baratos que los de los países vecinos, con lo que también
aumentará la competitividad y se estimularán las exportaciones. De ahí que se
haya escogido el término de “devaluación interna” para designar estas políticas
destinadas a devaluar los costes de producción al no ser posible devaluar la
moneda nacional.
Como ya he dicho al iniciar el post, en España se está
llevando a cabo actualmente un auténtico proceso de devaluación interna, pero…
¿cómo se lleva a cabo este proceso? Bajar el sueldo a los funcionarios es fácil;
de hecho, los últimos tres años, entre Zapatero y Rajoy han bajado el salario
de los funcionarios un 12 % de media. Con respecto a los trabajadores de la
empresa privada, la reducción salarial se puede conseguir fundamentalmente de dos
maneras: incrementando el paro y flexibilizando el mercado de trabajo:
̶ el primero de estos procedimientos es fácil de
comprender: cuanta más gente haya en el paro, mayor será el número de personas
que estarán dispuestas a trabajar a cambio de un salario menor.
Lo normal es que un gobierno no
despida a los trabajadores directamente (a excepción de los funcionarios,
claro), pero una política de recortes y restricción del gasto acaba teniendo
ese efecto. Lógicamente, aunque los partidarios de la devaluación interna
admitan esta destrucción inicial de empleo, alegan que a largo plazo, estos
puestos de trabajo perdidos se recuperarán más que sobradamente con el impulso
de las exportaciones.
Lo cierto es que en España no era
necesario dar este paso. Bastante paro había creado la crisis por sí misma como
para tener que destruir más empleo de forma intencionada, pero no se puede
decir que el gobierno no se haya encaminado con entusiasmo por la senda de los
recortes.
Evidentemente, cualquier
gobernante negará estar incrementando el paro de forma premeditada, pero no nos
llevemos a engaños. Negar esta evidencia sólo demuestra hipocresía o un
profundo desconocimiento de la realidad.
̶ La segunda gran medida para llevar a cabo una
devaluación interna es la flexibilización del mercado de trabajo. A menudo se
oye este término, pero no nos engañemos, flexibilizar el mercado de trabajo no
es más que un eufemismo de abaratar el despido y debilitar el poder de
negociación de trabajadores y sindicatos.
La última reforma laboral del
Partido Popular ha sido el ejemplo más evidente, pero en realidad, todas las
que se han llevado a cabo las últimas décadas han ido en la misma dirección:
abaratar el coste del despido y reducir el poder de negociación de los
sindicatos, llegando la última reforma a situar la negociación
empresario-trabajador que se da dentro de cada empresa por encima de lo que
diga el convenio colectivo (lo que evidentemente siempre va a redundar en un
empeoramiento de las condiciones de trabajo de los asalariados).
Las continuas campañas de
políticos como Esperanza Aguirre buscando desprestigiar y denigrar a los
sindicatos van en esta misma dirección: perjudicando su imagen les resta capacidad
de representación y socava su poder de convocatoria en las protestas sociales.
Si se aumenta el temor a perder
el puesto de trabajo y se reduce el poder negociador de los trabajadores, el
resultado sólo puede ser uno: una reducción generalizada de los salarios.
¿No os resultan familiares todas estas medidas que estoy
mencionando? Pues todas van en la misma dirección: en la búsqueda de una
devaluación interna. La próxima vez que oigáis a un político presumir de que la
competitividad y la productividad españolas hayan mejorado no os dejéis
engañar, lo que en verdad ha ocurrido es que los trabajadores españoles se han
empobrecido.
No obstante, en la próxima entrada explicaré las razones por
las que la devaluación interna me parece una insensatez y una aberración.
Raúl. Francamente te tengo que felicitar por tu blog. Cada entrada que haces es lo suficientemente larga como para tener unas sustancia interesante y suficientemente corta como para no cansar. Y encima sueles enlazar con referencias a entrada pasadas y termina hablado de lo siguiente.
ResponderEliminarTienes talento no solo por lo que cuentas, sino por cómo lo cuentas.
Un lujo leerte.
¿Qué puedo decir? Muchas gracias por tus palabras. Me hace mucha ilusión ver que hay gente que aprecia lo que hago. Espero poder seguir escribiendo sobre temas de tu interés.
ResponderEliminarThanks!!!
Eres tremendo pedagogo, escribes con un lenguaje muy sencillo enlazando tus conceptos con la actualidad. Ojala puedas escribir sobre Planificacion. Gracias
ResponderEliminarMuchas gracias, eres muy amable. ¿A qué te refieres exactamente con Planificación? ¿A la planificación en el seno de la empresa? ¿A la planificación de la economía por parte del Estado?
EliminarBueno creo que hay otra forma de lograr la productividad laboral sin aumentar el paro ni flexibilizar el mercado de trabajo, y es la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social
ResponderEliminarUn saludo
Jose Luis