jueves, 21 de febrero de 2013

DEVALUACIÓN INTERNA I: QUÉ ES Y CÓMO SE APLICA


En la anterior entrada (tranquilos, no hace falta leerla, pero os lo agradeceré mucho si lo hacéis) poníamos de manifiesto que con la actual política que se está llevando a cabo en España la única vía para que nuestra economía crezca es el aumento de las exportaciones, y también dijimos que este aumento se está produciendo gracias a un proceso denominado devaluación interna. Hablemos hoy de la devaluación interna, una práctica que actualmente está implantándose en toda Europa en general y en España en particular.

Para comenzar, digamos que la devaluación interna no es más que una forma de aumentar la competitividad de un país con el fin de aumentar sus exportaciones y alcanzar un superávit comercial. Las ventajas de ello son obvias: las industrias nacionales incrementarán sus ventas y aumentará el número de puestos de trabajo.

La palabra clave aquí es competitividad. Cuando decimos que España es competitiva, lo que en realidad decimos es que nuestras empresas pueden competir con las empresas de otros países y lograr que los consumidores tanto extranjeros como españoles compren sus productos en vez de los de aquellas.

Una de las herramientas más utilizadas por los gobiernos de los países para aumentar su competitividad es la devaluación de la moneda. Esta medida consiste en reducir el valor de la divisa nacional con respecto al de las demás monedas. De este modo, automáticamente, los bienes producidos en el país pasan a ser más baratos que los producidos en el exterior. Por ejemplo, si el Reino Unido devaluase la libra, a los consumidores estadounidenses les resultaría inmediatamente más barato comprar con sus dólares los bienes producidos en Inglaterra.

Sin embargo, los países que han adoptado el euro como moneda han perdido la capacidad de devaluar su moneda, por lo que tienen que buscar otras vías para aumentar su competitividad. En este caso, no les queda más remedio que actuar sobre la productividad.


La productividad es la relación que existe entre la producción obtenida y los recursos empleados para ello. Lo normal es calcular la productividad del trabajo, que se puede calcular como el cociente entre la producción obtenida y la cantidad de trabajo empleada (medida a través de los salarios que hay que pagar por ella):


Observando la fórmula, es obvio que para aumentar la productividad de un país hay dos posibilidades: aumentar la producción con la misma cantidad de trabajo (es decir, aumentar el rendimiento de los trabajadores) o reducir el trabajo y/o los costes salariales sin que ello afecte a la cantidad producida:

  1. Lo ideal sería aumentar el rendimiento de los trabajadores a través de innovaciones tecnológicas, mejoras en la organización empresarial, mejoras en la formación y la motivación de los trabajadores, etc.
Sin embargo, aumentar la productividad por esta vía requiere tiempo y esfuerzo y se corre el riesgo de que la inversión efectuada no dé los frutos deseados (por ejemplo, una reforma educativa puede enfocarse de forma errónea, el ritmo de los descubrimientos científicos puede ser menor que el esperado, etc.)

  1. Por tanto, desestimada la primera vía, la segunda opción es incrementar la productividad haciendo descender los costes salariales del país. Y aquí es donde entra en juego la devaluación interna.

Una reducción generalizada de los salarios llevaría a un descenso de los precios. Los efectos de estos descensos salariales y de precios equivaldrían económicamente a una devaluación monetaria:
•         Al cabo de unos meses, una devaluación de la moneda nacional permite restablecer la competitividad, estimular las exportaciones y restringir las importaciones.
•         Del mismo modo, una reducción generalizada de los precios y salarios provocará que los bienes producidos en el país sean comparativamente más baratos que los de los países vecinos, con lo que también aumentará la competitividad y se estimularán las exportaciones. De ahí que se haya escogido el término de “devaluación interna” para designar estas políticas destinadas a devaluar los costes de producción al no ser posible devaluar la moneda nacional.

Como ya he dicho al iniciar el post, en España se está llevando a cabo actualmente un auténtico proceso de devaluación interna, pero… ¿cómo se lleva a cabo este proceso? Bajar el sueldo a los funcionarios es fácil; de hecho, los últimos tres años, entre Zapatero y Rajoy han bajado el salario de los funcionarios un 12 % de media. Con respecto a los trabajadores de la empresa privada, la reducción salarial se puede conseguir fundamentalmente de dos maneras: incrementando el paro y flexibilizando el mercado de trabajo:

̶   el primero de estos procedimientos es fácil de comprender: cuanta más gente haya en el paro, mayor será el número de personas que estarán dispuestas a trabajar a cambio de un salario menor.
Lo normal es que un gobierno no despida a los trabajadores directamente (a excepción de los funcionarios, claro), pero una política de recortes y restricción del gasto acaba teniendo ese efecto. Lógicamente, aunque los partidarios de la devaluación interna admitan esta destrucción inicial de empleo, alegan que a largo plazo, estos puestos de trabajo perdidos se recuperarán más que sobradamente con el impulso de las exportaciones.
Lo cierto es que en España no era necesario dar este paso. Bastante paro había creado la crisis por sí misma como para tener que destruir más empleo de forma intencionada, pero no se puede decir que el gobierno no se haya encaminado con entusiasmo por la senda de los recortes.
Evidentemente, cualquier gobernante negará estar incrementando el paro de forma premeditada, pero no nos llevemos a engaños. Negar esta evidencia sólo demuestra hipocresía o un profundo desconocimiento de la realidad.

̶   La segunda gran medida para llevar a cabo una devaluación interna es la flexibilización del mercado de trabajo. A menudo se oye este término, pero no nos engañemos, flexibilizar el mercado de trabajo no es más que un eufemismo de abaratar el despido y debilitar el poder de negociación de trabajadores y sindicatos.
La última reforma laboral del Partido Popular ha sido el ejemplo más evidente, pero en realidad, todas las que se han llevado a cabo las últimas décadas han ido en la misma dirección: abaratar el coste del despido y reducir el poder de negociación de los sindicatos, llegando la última reforma a situar la negociación empresario-trabajador que se da dentro de cada empresa por encima de lo que diga el convenio colectivo (lo que evidentemente siempre va a redundar en un empeoramiento de las condiciones de trabajo de los asalariados).
Las continuas campañas de políticos como Esperanza Aguirre buscando desprestigiar y denigrar a los sindicatos van en esta misma dirección: perjudicando su imagen les resta capacidad de representación y socava su poder de convocatoria en las protestas sociales.
Si se aumenta el temor a perder el puesto de trabajo y se reduce el poder negociador de los trabajadores, el resultado sólo puede ser uno: una reducción generalizada de los salarios.



¿No os resultan familiares todas estas medidas que estoy mencionando? Pues todas van en la misma dirección: en la búsqueda de una devaluación interna. La próxima vez que oigáis a un político presumir de que la competitividad y la productividad españolas hayan mejorado no os dejéis engañar, lo que en verdad ha ocurrido es que los trabajadores españoles se han empobrecido.
No obstante, en la próxima entrada explicaré las razones por las que la devaluación interna me parece una insensatez y una aberración.


5 comentarios:

  1. Raúl. Francamente te tengo que felicitar por tu blog. Cada entrada que haces es lo suficientemente larga como para tener unas sustancia interesante y suficientemente corta como para no cansar. Y encima sueles enlazar con referencias a entrada pasadas y termina hablado de lo siguiente.
    Tienes talento no solo por lo que cuentas, sino por cómo lo cuentas.

    Un lujo leerte.

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  2. ¿Qué puedo decir? Muchas gracias por tus palabras. Me hace mucha ilusión ver que hay gente que aprecia lo que hago. Espero poder seguir escribiendo sobre temas de tu interés.

    Thanks!!!

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  3. Eres tremendo pedagogo, escribes con un lenguaje muy sencillo enlazando tus conceptos con la actualidad. Ojala puedas escribir sobre Planificacion. Gracias

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    1. Muchas gracias, eres muy amable. ¿A qué te refieres exactamente con Planificación? ¿A la planificación en el seno de la empresa? ¿A la planificación de la economía por parte del Estado?

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  4. Bueno creo que hay otra forma de lograr la productividad laboral sin aumentar el paro ni flexibilizar el mercado de trabajo, y es la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social
    Un saludo
    Jose Luis

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